Julio Ramón Ribeyro (Lima, 1929-1994) explora la
fragmentación como estilo, en una escritura condensada que
inserta entradas de diarios y anotaciones sueltas, para definir
microcuentos, aforismos y ensayos filosóficos. Una obra sin
“etiquetas” que siempre supo entregar, incluso en su ficción,
meditaciones cotidianas perdurables.
100 cavilaciones sobre el oficio, indaga, por medio de su
propia voz, en la influencia de su padre –escritor aficionado y
casi secreto– y su biblioteca y sus inicios como escritor; en la
conformación de una obra de un inmigrante en Europa que
escribe sobre su Lima natal y una fracción de quienes la
habitan. Esta selección de su palabra siempre viva es en un
recorrido por sus reflexiones sobre el oficio de la escritura, y la
errancia de un escritor cuyo único mapa fue el de sus
creaciones.