"En cierta ocasión un niño no quería tomarse la sopa. Su madre le dijo:“Yo te la daré”. Pero el niño le contestó:“¡Está caliente!”La madre revolvió la sopa. Ahora ya no estaba caliente. Pero el niño volvió la cabeza y dijo:“Ya no tengo hambre. No quiero comer. Quiero jugar”. Entonces la madre empezó a contarle un cuento para que tomase la sopa…" La apasionante historia de la máquina de saltos-gira-balanceadora-tocabocinas, los gustos culinarios de las vacas, el temor a volarde una mariposa recién nacida o la generosidad de una ardilla con una familia de ratoncillos campestres son algunosde los relatos breves -pero de intenso sabor- que va desgranando una madre para abrir el apetito a su hijo.