Eugenio Garin afirmaba que “no cabe duda de que es imposible asir el sentido del Renacimiento italiano ni comprender su peso en la historia, si no se aferra el secreto de su profunda unidad vivencial de ciencia y arte, de un tormentato pensamiento crítico unido a una fe religiosa renovada por el retorno a los orígenes”. Haciéndose cargo de dicha aseveración, el filósofo francés Stéphane Toussaint sugiere en este libro dos conceptos que revitalizan nuestra lectura del Renacimiento: la energía y el enigma. Así como no podemos separar ambas nociones para comprender nuestra vivencia de aquel período, tampoco podemos escindir nuestras vacilaciones de los actos y formas que dan lugar a la cultura. Esta, es el espacio de la energía, de la vitalidad, en otras palabras, de una tradición forjada por enigmas. Ser conscientes de la tradición, propone Toussaint en este ensayo de sorprendente actualidad, amplía las posibilidades para la filosofía. Por el contrario, el rechazo de su vertiente humanista pone en riesgo nuestro propio presente.