Los bestiarios medievales, los gabinetes de curiosidades, los Ménagerie o casas de fieras son parte importante de nuestro afán occidental por recolectar y clasificar lo que nos rodea. Expresiones que nos ayudan a entender el mundo, un divertimento que ha movido las fronteras de la ciencia. En este libro vemos encuadernación de fragmentos y retazos del anecdotario enciclopédico como respuesta a la mirada curiosa, ávida de límites al precisar la información de un conocimiento múltiple y disperso que de otra forma es inaprensible. La nostalgia por los viejos almanaques y la clasificación, en una línea de tiempo, de un saber inalcanzable. Rolando Martínez haciendo uso de los nuevos soportes tecnológicos, de las imágenes adueñadas de materia y sensaciones, observa de una manera novedosa la inabarcable naturaleza. Nicolás Letelier