En Así habló Zarathustra Nietzsche describe cómo un antiguo profeta persa llamado Zarathustra desciende de la soledad de las montañas para desvelar al mundo que Dios ha muerto y que el superhombre, la encarnación humana de la divinidad, es su sucesor. La afirmación de la muerte de Dios, la insistencia de Nietzsche en que el sentido de la vida debe hallarse en lo puramente humano, así como la doctrina del superhombre y la voluntad de poder han sido objeto de muchas interpretaciones. Con una gran intensidad y un estilo brillante, Nietzsche plantea que no se debe buscar el sentido de la existencia en la religión o en la sumisión ante la autoridad, sino en una poderosa fuerza de vida: apasionada, caótica y libre.