Mis memorias las escribió mi hijo. Son muchas voces distintas las que recuerdo. Son muchos los pensamientos. Con él intenté encausar mi memoria, modularla, que él las transformara en un relato, casi como una ficción más, rodeada por un mundo de otras ficciones. Es un relato a dos voces. La voz de mi hijo y la voz de este personaje que ahora soy yo a ratos desdoblada en las voces de otros personajes. Yo tenía en mí, el afán casi religioso de encontrar una cierta permanencia en el arte más fugaz de todos. Hacer memoria para encontrar la razón por la cual decidí ser actor. Intentar rescatar algo que no se si se puede rescatar.
Este libro relata la vida de un actor. Lo que siento cuando me expongo al público frente a las cámaras o desde un escenario. En el presente de la actuación se unen muchos pliegues de pensamiento. Por una parte está la ficción, por otra, la manera en que esa ficción se entreteje con mi vida y con el país. Pasa a veces que la escena supera los acontecimientos de mi vida y también ocurre que los acontecimientos de mi vida son la escena.