«Un Paul Klee en prosa... un Beckett dulce y con buen humor... el eslabón perdido entre Kleist y Kafka». SUSAN SONTAG«No es un visionario expresionista que profetiza el fin del mundo, sino más bien... un clarividente de lo pequeño». W. G. SEBALDEl rasgo constante de su carácter [de Joseph Marti] es lo más profundo y misterioso de él, lo que convierte a su costado innoble —su ceguera, su vanidad, su satisfacción consigo mismo— en algo irrelevante... Joseph no es religioso en ninguno de los sentidos habituales... pero es capaz de una profunda inmersión, casi animal, en la naturaleza y, a través de él, Walser puede expresar lo que constituye el corazón de este libro: la celebración de la maravilla de estar vivo.De la Introducción de J. M. COETZEE (Premio Nobel de Literatura)