Cualquiera, incluso un dragón, puede tener un mal día. En este álbum, un pequeño héroe dispuesto a todo, pondrá en marcha una serie de planes, en apariencia infalibles, para animar a su dragón, que ha perdido la chispa. Ideas no le faltan: agitarlo por la cola, saltar sobre su barriga, hacerle cosquillas, darle celos, prepararle una tarta… serán algunas de ellas, pero el caso parece grave, gravísimo.
Una historia tierna, ingeniosa y cargada de humor, que plantea de manera inteligente y divertida un tema de vital importancia para los más pequeños: ¿qué necesita una mascota —y quien dice «mascota» dice «un gran amigo»— para ser feliz? La solución es mucho más sencilla de lo que parece: esté apagado, frío o helado, dile cuánto lo quieres.
Este álbum de gran formato, que habla de las emociones, destaca por su espectacular propuesta gráfica: unas coloridas y vibrantes ilustraciones y un texto escrito a mano, a modo de un entrañable manual para dragones.