Una reconocida sommelier, un ex periodista y productor vitivinícola y una fotógrafa decidieron subirse a una camioneta e ir a conocer los lugares y las personas que forman el nuevo mapa del vino argentino. ¿Por qué viajar? Porque al estar donde se plantan las vides y se hacen los vinos se comprenden mejor las ideas de estos representantes de la industria vitivinícola, se hacen preguntas que están vinculadas a la práctica observada y se toman fotos que no son de estudio. Esto es lo que hicieron Paz Levinson, Gabriel Dvoskin y Ana Armendariz. Charlaron, charlaron y charlaron con los hacedores de vino en sus lugares. Descubrieron el valor de los suelos, el terruño, la altura, las hierbas y la vida animal. Supieron cómo es vivir en zonas extremas o recuperar viñas olvidadas y abandonadas. Conocieron la importancia de romper moldes, luchar contra las adversidades y seguir adelante.