CUANDO A SUS VEINTITRÉS AÑOS ELIZABETH JANE, nombre real de Nellie Bly, aceptó la difícil tarea de internarse en el asilo psiquiátrico para mujeres Blackwells Island, lo único que le preguntó a su editor fue: "¿Cómo me sacarán?". La respuesta de Joseph Pulitzer fue preocupante: "Primero consigue entrar", luego "veremos". Y lo consiguió, tras ensayar poses de "loca" durante la noche anterior. En los diez días que habitó aquella casa para orates, la escritora vivió en cuerpo propio las horribles condiciones que padecían las pacientes. Las torturas a las que eran sometidas, y descubrió cómo algunas caían allí debido a la desigualdad de oportunidades que tanto en el siglo antepasado como hoy padecen las mujeres.
Con una prosa delicada y fluida, Diez días en un psiquiátrico devela el profundo abandono que sufren los llamados "enfermos mentales". Este hito crucial del periodismo de infiltración, sigue teniendo plena vigencia por lo radical de su apuesta y la triste actualidad de su relato. También es una prueba del impacto que puede tener la escritura: tras la publicación de este revolucionario texto en formato libro, se generó tanto revuelo que las autoridades de New York se vieron obligadas a aumentar el presupuesto para la salud mental y mejorar las condiciones de los recintos de salud mental para mujeres.