El cuento es una narración breve con pocos personajes de carácter ágil, que seduce a decenas de lectores. Quienes leen un relato corto son cautivados de forma tal, que no imaginan la complejidad albergada en él, sobre la cual, el mundo de la literatura discute habitualmente, ya que no son tantos los escritores que logran con éxito su construcción. Esta pequeña muestra de autores reconocidos por su talento como cuentistas siembran algunas dudas ¿Es realmente compleja la escritura de un cuento? ¿Existe una fórmula mágica para construir uno?
La cuentista norteamericana Flannery O’Connor plantea que escribir un cuento no es cosa complicada, sino que algunos lo logran con mayor facilidad, así lo escribe en su texto <<El arte del cuento>> donde complementa esta idea con <<Aún me inclino a pensar que la mayor parte de la gente posee una cierta capacidad innata para contar historias; capacidad que suele perderse, sin embargo, en el curso del camino. Por supuesto, la capacidad de crear vida con palabras es esencialmente un don. Si uno lo posee desde el vamos, podrá desarrollarlo; pero si uno carece de él, mejor será que se dedique a otra cosa.>> Estas palabras, dejan entrever la importancia de una idea clara capaz de desarrollar con las palabras precisas, algo que es consenso entre muchos escritores.
Una visión que de cierta forma apoya la opinión de O’Connor, es la de Julio Cortázar, quien en una de sus entrevistas más conocidas dijo << para mí el cuento lo he visto siempre como una esfera, es decir es una forma cerrada y para mí un cuento solo es perfecto cuando no puede sobrar nada y en la que cada uno de los puntos exteriores tiene que estar a la misma distancia del centro.>> Esta noción de perfección en el cuento Cortázar la ahondó en las clases de literatura que impartió en las aulas de Barkely durante 1980, clases que posteriormente fueron publicadas e impactarían en la visión de escritores más jóvenes.
Al parecer, el cuento no puede dar espacio al error, Gabriel García Márquez lo dice en una columna publicada en el <<El viejo topo>> en 1979: <<El cuento sale de una vez o no sale. El cuento se concibe de una vez completo y redondo, y si no es así no sirve, ya no vas a encontrar cómo remendarlo y cómo terminarlo. En el momento en que concibes el cuento lo tienes listo, íntegro.>>
Por otra parte, la escritora Mariana Enríquez posee una visión que podría contraponerse a de los autores antes mencionados, pues ella discrepa sobre la idea del cuento como forma cerrada: <<Los cuentos no son cajas de seguridad: no deben estar cerrados. Tampoco son parques: no deben estar abiertos. Se cuenta lo que se sabe. No hay por qué tranquilizar al lector atando cabos prolijamente como si el mundo fuese un Lugar comprensible y darle un lugar de confort en la literatura, cuando lo que debe ofrecer son preguntas e inquietud >>
Uno como lector, podría buscar infinitas entrevistas a cuentistas y artículos sobre la escritura de cuentos para encontrar un consenso, pero la verdad es que no existe una única mirada. Como lectora obsesiva me he visto obligada a entender que la escritura no es una receta de cocina detallada a seguir, un buen cuento puede resultar desde distintos caminos, pues cada autor explora mundos distintos conformados a partir de procesos creativos diferentes, los cuales pueden potenciarse desde una mirada u otra. Por lo mismo, parece que la mejor manera de comprender la construcción del cuento es su lectura habitual, que nos permitirá como lector comparar y entender diferentes formas de escritura, donde lo más relevante siempre será que capturen nuestra atención.