Después de todo, medité, era como mis prójimos, y después sonreí, comparándome con otros hombres, comparando mi buena voluntad con la perezosa crueldad de su negligencia. Y en el mismo momento en que tenía aquel pensamiento vanidoso, me invadió un escrúpulo, una horrenda náusea y mortales convulsiones. Una inquietante irrupción altera el apacible paseo dominical por las calles de Londres: alguien abre la puerta trasera de la residencia de Henry Jekyll. Desde ese momento, lo cotidiano se confunde con lo inexplicable, lo secreto, lo sobrenatural. ¿Quién es el siniestro Edward Hyde, y qué lo une al honorable Dr. Jekyll? Dos personalidades opuestas se disputan el alma de un hombre. Un magistral relato de Robert Louis Stevenson. Una historia que íntimamente nos involucra.