«Un hombre construye una Torre Alquímica para refugiarse de “los asedios”, engañado por arrebatos paranoicos. Aunque cada acto lo conduce hacia un duelo mortífero. Un felino se propone escapar de “un mundo onírico”, mientras es buscado por una mujer —su dueña— desde un plano real accesible a través de un espejo. La mujer se involucra con el hombre. Ella irrumpe como una imagen velada, envejeciendo en cada capítulo como si fuera un reflejo de ese mismo espejo. En la novela Imago Mundi, Pablo Rumel Espinoza plantea un viaje a zonas alquímicas, aunque también a entornos brutales y laberínticos donde las inseguridades de los protagonistas se convierten en su única y final fortaleza».