El imperio incaico, en su apogeo, extendió su dominación a gran parte del noroeste argentino y Bolivia. Sus leyendas, casi todas de tono épico, recuerdan la grandeza de este imperio antes de la llegada de los españoles y las peripecias de la vida de sus habitantes tras la derrota. La riqueza de estos relatos, no exentos de poesía, pone en evidencia la fortaleza de un pueblo originario que, aunque doblegado finalmente por los conquistadores, resistió y cuyos descendientes resisten todavía desde la memoria y la exaltación de aquellos que los precedieron.