La azarosa historia de una esclava en el Santo Domingo del siglo XVIIIque logrará zafarse de los estigmas que la sociedad le ha impuesto paraconseguir la libertad y, con ella, la felicidad.
Para ser una esclava en el Saint-Domingue de finales del siglo XVIII,Zarité había tenido buena estrella: a los nueve años fue vendida aToulouse Valmorain, un rico terrateniente, pero no conoció ni elagotamiento de las plantaciones de caña ni la asfixia y el sufrimientode los trapiches, porque siempre fue una esclava doméstica. Su bondadnatural, fortaleza de espíritu y honradez le permitieron compartir lossecretos y la espiritualidad que ayudaban a sobrevivir a los suyos, losesclavos, y conocer las miserias de los amos, los blancos.Zarité se convirtió en el centro de un microcosmos que era un reflejodel mundo de la colonia: el amo Valmorain, su frágil esposa española ysu sensible hijo Maurice; el sabio Parmentier; el militar Relais y lacortesana mulata Violette; Tante Rose, la curandera; Gambo, el apuestoesclavo rebelde# y otros personajes de una cruel conflagración queacabaría arrasando su tierra y lanzándolos lejos de ella.Al ser llevada por su amo a Nueva Orleans, Zarité inició una nueva etapaen la que alcanzaría su mayor aspiración: la libertad. Más allá deldolor y del amor, de la sumisión y la independencia, de sus deseos y losque le habían impuesto a lo largo de su vida, Zarité podía contemplar suexistencia con serenidad y concluir que había tenido buena estrella.