Un clásico y una lectura conjunta, una experiencia imbatible.
Un clásico y una lectura conjunta, una experiencia imbatible.
Como lectores, siempre tenemos pendiente leer uno o más de esos libros clásicos que resuenan en nuestra cabeza, ya que la vida misma está poblada de sus referencias como es el caso de: Hamlet, La Odisea o El Quijote, entre otros. Sin embargo, el tiempo es escaso, son libros generalmente largos que fueron escritos en periodos lejanos y de los cuales nos preguntamos si al leerlos podremos disfrutarlos, entender lo que nos dicen o quedaremos a medio camino en nuestra lectura. Por eso siguen esperando en nuestros veladores o en las infinitas listas de los libros que nos gustaría leer algún día.
En mi caso, este año decidí empezar a tachar libros de esa lista y partir por La Odisea, ese libro que nos ha acompañado toda la vida, debido a que los valores del ser humano que se muestran se mantienen vigentes hasta hoy en día y, por tanto, sus cantos han dado inspiración y vida a muchos libros, pinturas, esculturas, películas e incluso canciones.
Abordar este desafío no era fácil, en primer lugar, debía borrar mi pésima experiencia escolar de un texto malamente traducido en prosa, una letra minúscula, lleno de palabras inexplicables, referencias a mitos y personajes desconocidos. Luego, escoger la mejor traducción para ser capaz de entender su contenido y disfrutar por fin de su lectura, ahuyentando esas ideas preconcebidas y embarcarme en este nuevo viaje con una mirada diferente de cómplice y lector abierto a explorar cada una de sus páginas. Decidí entonces optar por una lectura conjunta, con la idea que esto haría el proceso más fácil.
Comenzó así la esperada lectura conjunta guiada por José Carlos Rodrigo Breto, (@literatura_instantanea) novelista español, periodista y Doctor en Literatura, y acompañada de un grupo de 192 participantes de distintas localidades al compás de la edición de Blackie Books y whatsapp.
Una lectura conjunta consistente en un calendario inamovible de lectura con un código estricto de conducta para los participantes, donde cada día el moderador abre el chat en la mañana con un pequeño resumen del texto que se leerá durante el día, marcando los altos y bajos del mismo y explicando algunas referencias que pueden ser importantes para comprender mejor la lectura.
En nuestro caso Juan Carlos, a través del texto de Blackie Books nos llevaba a observar, detenernos y disfrutar los puntos culminantes de la lectura acompañada de imágenes enriquecedoras. Luego durante el día de lectura se abría el chat a los demás participantes para que pudiesen aportar sus impresiones, preguntas y conocimientos y al final del día nuestro profesor, resumía estas ideas, dando su punto de vista y contestando las preguntas. Con un ritmo circadiano al igual que los cantos del poema este ciclo se repitió durante toda la lectura.
Esta metodología nos permitió descubrir grandes compañeros lectores que nos dejaron con una larga lista de autores por leer, donde el más nombrado fue Ismael Kadaré (que espero poder explorar en el futuro), y conocer también compañeros expertos en otras disciplinas como, por ejemplo: mitos griegos, botánica, comida mediterránea, museos y cinéfilos. Lo anterior me ayudó sin dudas a comprender aun más el tremendo alcance de La Odisea en nuestra cultura, entendiendo múltiples referencias que usamos hoy en día y dar una lectura más profunda a algunos de sus pasajes.
Al finalizar esta experiencia de lectura conjunta, es tiempo de cerrar el libro y dejar decantar todas esas emociones, nuevos conocimientos e imágenes que acompañaron este proceso. Sin duda leer en compañía de esta manera no hace más que encantarnos con la lectura y ayudarnos a emprender el desafío de leer esos clásicos que aún nos atemorizan, pero sin duda son imprescindibles. Mane Férnandez