La actual presencia en librerías de las novelas contemporáneas siembra la duda de si ya paso el tiempo de los libros clásicos, instaurando en muchos el prejuicio de que los lectores hoy ya no leen nombres como Jane Austen, Lev Tolstoi o Henry James. Sin embargo, para sorpresa de muchos, los autores clásicos y sus obras siguen teniendo un lugar asegurado en los estantes y veladores de decenas de lectores, por el contrario de todo pronóstico, los clásicos siguen más vigentes que nunca. Pero ¿A qué se debe esto?
Antes de intentar dar respuesta a la interrogante planteada, resulta interesante definir que consideramos como clásico. Italo Calvino lo definió por medio de un decálogo conocido gracias a la compilación de ensayos <<Por qué leer los clásicos>>, donde el autor italiano no da una respuesta absoluta, sino que nos describe puntos que cumplen todos los libros considerados como clásicos, que tienen relación con el lector y la sociedad por medio de la relevancia y las temáticas abordadas por estos libros. Esta definición resulta interesante, pues tira por borda la idea popular de que los clásicos están definidos por una época en particular, ya que lo importante es el tema desarrollado en este y su repercusión universal y atemporal.
De lo anterior, podemos inferir que el listado de los libros considerados clásicos está en constante renovación, pues lo que se considera hoy clásico no lo era necesariamente hace 50 años. Por lo que nos podemos adelantar a concluir, que en parte la vigencia de estos libros viene de la mano a que los temas abordados, estilo literario, etc, son sumamente contemporáneos, que como menciona Calvino nos <<sirven para entender quiénes somos y adónde hemos llegado>>.
Por otra parte, el crítico y teórico literario Harold Bloom definió lo que es un clásico de forma puntual, en sus palabras estos <<son los libros que todo lector culto debería leer en el transcurso de su vida>> Aunque, ¿Quién o quiénes definen que libros son clásicos? Bloom cree que en gran medida son los escritores actuales, aquellos que realizan reescrituras, citan libros y muestran sus influencias literarias con sus escritos. Esto significa que al ser constantemente nombrados los clásicos por otros autores, no pierden visibilidad.
Por ejemplo, bastante conocido es el caso del <<Ulises>> de James Joyce, reescritura de la <<Odisea>> que para leer es necesario haber leído también <<La divina comedia>> de Dante Alighieri y <<Hamlet>> de William Shakespeare. Este libro que hoy constituye un clásico moderno cumple con la premisa de reescribir y citar otros libros que sin duda consideramos clásicos.
Así como el caso antes mencionado, existen decenas, otro caso más actual, que resulta atractivo, es la propuesta de la poeta y ensayista Anne Carson, quién ha dedicado parte de su obra a la reescritura de clásicos griegos como <<Antigo Nick>> su reescritura de <<Antígona>> de Sófocles y <<Bakkhai>> su reescritura de <<Las Bacantes>> de Eurípides. Por medio de su obra, se sigue otorgando valor a estas obras dramáticas fuera del contexto escolar, que para muchos es el acercamiento a ellas.
También hay libros más populares que mencionan libros clásicos, como lo hace el nipón Haruki Murakami en su libro <<Kafka en la orilla>> que nos permite sentir curiosidad por clásicos japoneses y occidentales gracias a Kafka Tamura, el protagonista, quién es un devorador de libros. Como si eso fuera poco, el autor con otro personaje del libro se toma libertad de citar de forma textual <<Macbeth>> de William Shakespeare. Algo que, sin duda, no deja al lector indiferente, porque sino has leído ese libro, posiblemente genere mucha curiosidad por saber más sobre él.
Es interesante pensar en la literatura contemporánea desde los clásicos, porque al parecer, estos últimos son abono para los mundos actualmente escritos, llevando al lector de forma constante a las fuentes primarias y esto en gran medida también se debe a que los problemas de la humanidad, con algunas diferencias, siempre han sido los mismos: el bien y el mal, la paternidad, la condición humana, etc.
Claramente los clásicos no pasarán de moda, quizás el listado de libros se modificará, pero jamás su importancia y constante lectura. Si aún no te atreves a leer un clásico, esta es una invitación para acercarte a ese libro que quizás tiene más de cien años, pero te hará sentir como si estuviera resolviendo tus dudas, o espiarás a personajes que están viviendo tus mismos problemas o felicidades. Leer un clásico es de una u otra forma, leer una parte de la historia humana, algo que a nadie deja indiferente y por eso, aún hay decenas de personas que los leen.
Natalia Olmos Pizarro
Librera Librabooks
Foto PORTADA: LIBRERIA LIBRABOOKS
FOTO 2: POR QUÉ LEER LOS CLÁSICOS DE ITALO CLAVINO, PAG. 17. Editorial SIRUELA.
