Rousseau fue un pensador provocador y contradictorio y uno de los hitos más importantes de la Ilustración. Reclamado y repudiado al mismo tiempo por la ideología política de su obra El contrato social, con Emilio asienta su filosofía sobre la educación y el desarrollo humano, basada en las ideas de la bondad intrínseca del hombre y de que su corrupción deriva del alejamiento de la naturaleza y de la esclavitud a la que la sociedad lo somete. «He ahí las causas funestas y probadoras de que la mayor parte de nuestros males son obra nuestra, y de que los habríamos evitado en su mayor parte de haber conservado la manera de vivir sencilla, uniforme y solitaria que nos estaba prescrita por la naturaleza.»