Una vez al mes, Milo debe hacer un largo trayecto en metro con su hermana. Para distraerse, para no pensar en esas burbujas que siente en el estómago, mezcla de emoción y de nervios, observa las caras de la gente y dibuja sus vidas en un cuaderno. En el vagón viajan un hombre sin afeitar, otro que parece ausente y solitario, y una mujer que viste un traje de novia. Quizás ella y su marido viajen en globo tras la boda, piensa Milo. Quizás el niño que acaba de entrar, el de corbata y zapatillas relucientes, vive en un castillo, donde le espera una bandeja de sándwiches preparados por un chef francés… Milo también se pregunta: ¿Cómo lo ven los demás? Pero cuando descubre que el niño de la corbata va al mismo lugar que él, se replantea todas las historias que ha inventado. Este libro, creado por dos autores excepcionales, subraya el valor de la creación artística como recurso para superar situaciones de angustia. Y también nos invita a desconfiar de los juicios superficiales o las primeras impresiones, no vivimos en un mundo blanco o negro, todos somos seres únicos.