Quedarse en pana en medio del campo chileno es también
enredarse en su mitología. Abrir este libro es eso: escapar
de la angustia cotidiana para desprenderse hacia un mundo
anacrónico, desconocido.
El fundo Las Nalcas, los patrones y sus hijos, arrieros,
potros chúcaros, pescadores, bandoleros y viejos que antes
de partir siguen jugando al truco. Sus historias, cruzadas a
través de todos los relatos, bajo el manto de una prosa
líquida tan fluida como refrescante, discurren sin formas,
sin predestinaciones, pero con un sentido único. Lo cierto
es que la muerte, como la lluvia, siempre caerá.