Desde que vio a la mujer más bella del mundo, comenzó a soñar con ella. Sueños de niña, como cortos animados en donde aparecía el caballo lleno de lanas colgándole por la barriga y tan dócil como un perro. En sus sueños, ella le daba una manzana y el caballo movía la cola, mezcla de crin y pompones, masticando la manzana y haciéndola sonar en la boca. La mujer reía a su lado.
El libro, que retoma la leyenda tibetana de Achi Chokyi Drolma, obtuvo el premio Bologna Ragazzi en 2017