La niña que se escondía demasiado llega a una gran casa donde hay muchos otros niños tan pequeños como ella. Todos ellos, sin excepción, visten algún disfraz. La muchacha ingresa tímidamente a la que será su habitación y lo único que desea en ese instante es ser invisible. Como sabe que no puede serlo, realiza una lista con los mejores lugares donde esconderse: debajo de la cama, detrás de las cortinas del baño, dentro de una caja de cartón.
¿Podrá algún día sentirse a gusto en aquel lugar?
A través de frases sencillas e ilustraciones conmovedoras, la autora narra el difícil proceso de adaptación de una niña en un hogar de menores. La soledad, la fragilidad de la niñez y el triunfo del compañerismo hacen de esta obra un relato emotivo que, sin duda, no dejará a nadie indiferente.