El lobito persigue a los niños que no se quieren ir a dormir ¡para comérselos! Dice que son más fáciles de atrapar porque están cansados… Sólo que ahora él tampoco quiere irse a dormir, y está a punto de meterse en problemas con sus papás… Con un trazo fluido y contundente Sanders crea historias muy astutas que, lejos de adoctrinar a los niños sobre los buenos hábitos, usan al proverbial personaje del lobo para establecer una complicidad divertida y maliciosa entre autor y lector en la que también participarán los padres para dejar de lado por un rato la imprescindible rutina diaria.