Los Bentwood son una pareja neoyorquina sin hijos y con amigos artistas y millonarios. Son los años sesenta y muchas cosas están cambiando a su alrededor. La novela es la radiografía de una crisis múltiple y callada, en la cual la mordida de un gato que podría tener rabia es solo la primera escena.“La primera vez que leí Personajes desesperados, me enamoré de la novela. Me pareció claramente superior a cualquier novela de los contemporáneos de Fox, como John Updike, Philip Roth y Saul Bellow. La encontré de una genialidad irrebatible”. Así de entusiasmado es el prólogo de Jonathan Franzen en la reedición estadounidense de esta obra de 1970 que él ayudó a rescatar del olvido.Dice también: “El enorme suspense que crea el libro no sólo es fruto del terror de Sophie en ese momento, ni de cómo Fox va cerrando, paso a paso, todas las posibles vías de escape, tampoco de su identificación entre una crisis en una relación conyugal, una crisis en una relación de trabajo y una crisis en la vida urbana estadounidense. Más que ninguna otra cosa, es el lento coronamiento de una arrolladora ola de significado literario”.Un hito imponente del realismo de la posguerra (…) una prosa tan sostenidamente lúcida y fina que parece haber sido esculpida más que escrita. David Foster WallaceUna novela reservada y hermosamente manufacturada. Lionel TrillingUna clase magistral sobre los miedos y autoengaños de la burguesía estadounidense. Inteligente, perturbadora y misericordiosa. Un libro brillante. Times Literary SupplementUn regocijo… Fox escribe sobre fiestas flamantes a las que uno agradece no haber sido invitado. New York Review of BooksApenas se encuentra en el libro una sola palabra que sea superflua o arbitraria. Un rigor y una densidad temática de tal magnitud no ocurren por casualidad y, no obstante, es casi imposible que un escritor los logre a la vez que se relaja lo suficiente para permitir que los personajes cobren vida; pero aquí está la novela, elevándose por encima de todas las otras obras de ficción realista estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial. Jonathan Franzen