Como joven artista, Christopher Marley pasó muchos años en regiones tropicales de todo el mundo donde las poblaciones de insectos son extravagantes y abundantes. Su fascinación por las criaturas prevaleció gradualmente sobre una fobia inicial, lo que llevó a un largo estudio de la entomología y a arduas excursiones a lugares donde habitan los escarabajos más llamativos.
El trabajo de Marley con los insectos refleja su deseo de imponer orden en un mundo que se escabulle, hace clic y se agita. Sus arreglos minimalistas de colores extravagantes invitan a la inspección y al asombro; Las ideas preconcebidas se desvanecen al contemplar la impresionante belleza de estas criaturas. Aunque los conjuntos son cualquier cosa menos orgánicos, los colores son naturales y no mejorados ni alterados digitalmente de ninguna manera.