Publicada por primera vez en 1896, esta novela es un testimonio original e incomparable de la Italia de finales del siglo XIX. El protagonista, Pierre Froment, le muestra al lector las múltiples facetas de Roma: una ciudad del arte; un laberinto de intrigas, de odios y de ambiciones; y un mundo en el que impera la pompa, habitado desde hace siglos por las sociedades convivientes del mundo blanco y del mundo negro. Utilizando el diario de su estancia en Roma en 1894, el cual consiste de unos 400 folios de anotaciones recogidas día a día y más de 1.000 páginas de apuntes sobre la ciudad que fueron extraídas de unos 300 volúmenes sobre Italia y el Papado, Émile Zola es capaz de otorgarle a la novela un sello de innegable autenticidad.