En el libro titulado Rostro de hombre, el autor hace lo mejor de él por mostrar una imagen de Cristo que, junto a su calidad de hijo de Dios, es también el ejemplo de hombre. Esta reflexión es un resultado de la experiencia de fe que el autor ha tenido en su vida y su relación con las diferentes culturas y religiones estudiadas. El Cristo que muestra, es de misericordia y lleno de caridad, que nos salva de la religión farisaica, que en esos tiempos fue construida en torno a la rigidez de la ley y no en torno al amor de Dios y sus mandamientos.