Su historia cuenta, en primera persona, la cara y cruz de Susan Slavery, una superviviente que regenta desde el uno de septiembre de 1999 su homonima tienda de discos en realidad un rectangulo de poco mas de sesenta metros cuadrados situada en la esquina de Fairfax con Norton, en el corazon del West Hollywood de la ciudad de Los Angeles. Al estilo de Alta fidelidad (High Fidelity), la novela britanica publicada por Nick Hornby en 1995, su particular dueña, nos desgrana rodeada de unos fabulosos Jason Gallant, William Campbell y demas clientes que por alli paran sus filias, fobias e ilusiones a ritmo del Highway 61 Revisited de Dylan, el Hard Again de Muddy Waters o el Closing Time de Tom Waits. El regusto que deja su lectura es, flagrantemente, el de un irresistible amargo sabor a celulosa y plastico.