El lector encontrará sus relatos tempranos recogidos bajo el título ''Ojos de perro azul'', donde se incluye ''Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo'', célebre texto que puso los cimientos del gigantesco edificio, tan imaginario como real, de lo que acabaría siendo el espacio literario más poderoso de las letras universales de nuestro tiempo: Macondo. Con Macondo se inauguraron los años del realismo mágico y de los personajes inmersos en el mundo denso y frutal del Caribe americano. De esta etapa, en plena madurez del autor, son sus siguientes libros de cuentos: ''Los funerales de la Mamá Grande'', donde se narran las fastuosas exequias de la auténtica soberana de Macondo, y ''La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada''. Los relatos más recientes, los de ''Doce cuentos peregrinos'', trasladan el escenario a la vieja Europa para hablarnos de la suerte de los latinoamericanos emigrados, de su melancolía y su tenacidad.'