¿En qué momento, de qué forma, nos ha guiado Haruki Murakami sin que nos demos cuenta hasta el mismo centro de un sueño? De su mano, envueltos en sus palabras con ritmo de jazz, no hemos dudado ni por un momento de los límites de la realidad que han ido desdibujándose a nuestro paso. Este lugar es un vasto umbral entre la vigilia y el mundo onírico, entre la juventud y la madurez, entre el fatalismo y el azar. Kat Menschik nos tiende un mapa para transitarlo: sus símbolos cartografían la noche plateada de Sueño, el aroma irresistible de Asalto a las panaderías, el intrincado laberinto de La biblioteca secreta.