Enfant terrible de la literatura argentina, Ignacio Anzoátegui (1905-1978), construyó una obra en extremo mordaz, hilarante e inclasificable. Poeta, activista intelectual del nacionalismo católico, juez, ensayista, biógrafo burlón y epigramatista vitriólico —«redactaba con estoque» nos alerta el ensayista y prologuista de este libro Christian Ferrer—, se destacó por publicar una serie de semblanzas y obituarios descarnados sobre personajes ilustres de las letras, el arte y la política. Este libro reúne por primera vez una amplia selección de los tres volúmenes donde dio a conocer dichos escritos, en los que repasa más de un centenar de «vidas de muertos», desde Nerón a Eduardo Frei Montalva y desde Homero a Gabriela Mistral.