versare —al mismo tiempo reunión de una obra poética y propuesta de un nuevo camino, tenue pero decidido como esa «línea de aire sobre la colina» que describe en su última parte— es un conjunto de reflexiones sobre la realidad sublunar a la que se alude más por ausencia que por presencia. El poema para Diego Alegría es la anotación de esa «casi» nada que nos rodea pero en la que se atisba, sin embargo, «su mano / ausente», que adquiere diversas formas: trazas de silencio, ojos cerrados que contemplan, cosas que carecen de silueta, días que son más largos que los años, sílabas que, como una cascada muda, conciben meandros de lenguaje. Poemas, en suma, donde el espacio en blanco ocupa el lugar de las pausas gramaticales cual música montada sobre el silencio. Diego Alegría nos regala con este libro la mejor de las elocuencias: la que nace de la concisión y la brevedad, como ese «eco» que «no cesa de soplar como el viento». El resultado es el mejor y más desafiante de los dones: la promesa del poema, inscrita en un hipotético lugar que imaginamos «si acaso / las palabras fueran».