La vida intensa ofrece un análisis crítico al ideal moderno de vivir todas nuestras experiencias al límite, el cual puede resultar agotador y llevar a la sociedad a la frustración.
Vivir con intensidad se ha convertido en el ideal de nuestra sociedad: cualquier argumento de venta se basa en la búsqueda de sensaciones fuertes -desde los juegos de azar a la seducción, el amor pasional o la fe exaltada en eventos sociales- que nos despierten y arranquen de la monotonía, del automatismo y, por ende, de la existencia banal. En efecto, hace mucho tiempo que la sociedad liberal occidental se dirige al fenómeno de la intensidad con la finalidad de convertirnos en personas cuyo sentido existencial sea la intensificación de todas nuestras funciones vitales.
Sin embargo, la continua búsqueda de la emoción puede resultar agotadora: el deseo aumenta hasta convertirse en adicción y, luego, en frustración. En este sentido, la presente obra tiene por objetivo analizar la condición en la que se encuentra nuestro devenir moderno para hacer una lectura crítica de este horizonte insuperable en el que se han situado nuestros valores de fetichización de la intensidad.