Cuando en las casas de Chile no había computadores, contestadoras telefónicas ni cocinas microondas, sí había discos long play. Vinilo chileno recorre un buen tramo del siglo XX de la mano de la música chilena, con discos que por sobre sus propias limitaciones «eran cultura» en el amplio sentido del concepto. Entre las carátulas recopiladas encontramos clásicos de siempre, rarezas, legítimas obras de arte e inclasificables engendros visuales. No hay discriminación por estilos ni gustos, sino una generosa selección de elepés –y algunos singles– que permite hacer el viaje completo.