En un pequeño pueblo rodeado de campos sembrados de soja, casas de fin de semana que se multiplican como libros, y yuyos con propiedades para curar y alimentar al mundo entero, la escritora sale a dar la vuelta al perro hastiada de que todo lo que la rodea tenga un sentido productivo.
«Se despliega un paisaje que insiste en ser nombrado: el camino de tierra, las calles, el avance del monocultivo. el negocio del loteo. Viajar de noche en moto por un camino rural. Los bichos, sapos, pájaros. Y los fantasmas de la pampa, inevitables.
Pero también en este libro hay, entrelazado con las fotos difuminadas de María Aramburu, una reflexión constante sobre el proceso de escritura, sobre la manera en que mira una autora y sobre sus condiciones de producción. HERNAN RONSINO