A veinte años del exilio familiar de Japón a Estados Unidos, Nanae llama por teléfono a Minae para recordárselo, y así un torbellino de recuerdos y reflexiones envuelve a las hermanas tal como el temporal de nieve que arrecia en esa noche cercana a fin de año: las rígidas costumbres japonesas frente a las engañosas libertades norteamericanas; las dificultades para encontrar un lugar en el mundo; el conflicto con la lengua materna; los sacrificios que implica la creación; la soledad inherente a todo exilio y el dilema desgarrador de volver o no a la tierra natal. Con su prosa sobria, inteligente y a la vez íntima, Mizumura nos acerca a su mundo y al hacerlo nos ofrece un reflejo de las condiciones de nuestro presente, signado por el movimiento y la negación del pasado.