"Cuando los reyes están en guerra, toda la tierra tiembla." He aquí la esperada secuela de Juego de tronos, segundo volumen de Canción de hielo y fuego, la saga fantástica que ha conquistado amillones de lectores en todo el mundo. "Ahora hay más reyes en el reino que ratas en un castillo", afirma uno de los personajes de Choque de reyes. Y es que después de la sospechosa muerte de Robert Baratheon, el monarca de los Siete Reinos, su hijo Joffrey ha sido impuesto por la fuerza, aunque quienes realmente gobiernan son su madre, un eunuco y un enano, como dice la voz del pueblo. Cuatro nobles se proclaman, a la vez, reyes legítimos, y las tierras de Poniente se estremecen entre guerras y traiciones. Y todo este horror se encuentra presidido por la más ominosa de las señales: un inmenso cometa color sangre suspendido en el cielo. En esta novela prodigiosa nada es realmente lo que parece ser. Los protagonistas, trazados con una complejidad asombrosa, son capaces de hacerse odiar o amar desde las primeras páginas. George R. R. Martin, con pulso firme y enérgico, vuelve a ofrecernos un brillante despliegue de personajes, en una trama rica, densa y sorprendente. Nos convierte en testigos de luchas fratricidas, intrigas y traiciones palaciegas en una tierra maldita por la guerra, donde fuerzas ocultas se alzan de nuevo y acechan para reinar en las noches del largo invierno que se avecina.