Cuando Michael Pollan se propuso investigar por qué el LSD y la psilocibina (el componente activo de las setas alucinógenas) proporcionan un enorme alivio a personas que padecen condiciones de difícil tratamiento como el trastorno por estrés postraumático, la depresión o la adicción, no tenía la intención de escribir lo que es sin lugar a dudas su libro más personal. Pero al descubrir cómo estas notables sustancias mejoran la vida no solo de pacientes con problemas de salud mental sino también de personas que simplemente se enfrentan a los altibajos de la vida cotidiana, decidió explorar la cartografía de la mente tanto en primera como en tercera persona. Así comenzó una singular aventura que lo llevaría a la experimentación de la conciencia alterada, a la profunda inmersión en la neurociencia más pionera y al contacto con una prodigiosa comunidad subterránea de expertos psicodélicos.
En esta ejemplar investigación periodística, Pollan revisa archivos históricos y documentos científicos para separar la verdad de los mitos, la propaganda y el pánico moral alrededor de estas drogas que se ha ido acumulando desde los años sesenta, cuando un puñado de personajes rebeldes catalizaron una poderosa corriente hacia lo que entonces era un prometedor campo de investigación.
Sugerente, polémico y deslumbrante, una mezcla única de ciencia, memoria, historia y medicina, este libro es el resultado de un viaje a una nueva, emocionante e inesperada frontera de la percepción, de nuestra comprensión de la mente, del yo y de nuestro lugar en el mundo. El verdadero objeto de este «diario de a bordo» mental no son solo las drogas psicodélicas, sino el enigma en torno a la conciencia humana y a cómo deberíamos actuar cuando buscamos encontrar sentido a nuestras vidas en un mundo que nos regala al mismo tiempo momentos de placer y de dolor.