Desde que somos muy pequeños aprendemos que las ideas se oponen y comprenden una gracias a la otra: la oscuridad sólo se entiende en oposición a la luz, la alegría a través de la tristeza, el frío por el calor...
Luego, nuestro pensamiento se vuelve más sutil y nos permite comprender nociones más abstractas. Pero siempre continúa necesitando a los contrarios para progresar y ayudarnos a comprender la realidad y a nosotros mismos.
Este libro propone al joven lector —y también, por qué no, a los mayores— una forma de ejercitar y desarrollar el pensamiento a partir de doce pares de opuestos que a veces también se fusionan o se vuelven complementarios.
Por eso, leerlo, conversarlo y rumiarlo es una forma de ejercitarse en el arte de pensar, que es uno de los instrumentos más valiosos para habitar y participar en nuestro complejo mundo.
Un libro que crece con los lectores. Una obra que no da respuestas pero que alienta a buscarlas.