Con una de las voces más interesantes de la literatura actual, Mercedes Halfon
construye una narración íntima, calma y observadora. La síntesis propia de la
poesía le permite contar, en pocas palabras, un desencuentro en Berlín. Una chica
que odia viajar llega con una pequeña valija a visitar a su novio, a la residencia de
escritor en la que participa. Va moviéndose sola y a tientas por la ciudad extrajera.
¿Qué significa perderse? ¿Qué significa orientarse? Las preguntas se vuelven
existenciales y la escritura las responde de manera oblicua, sutil, en un
descubrimiento gradual que va abriéndose y cerrándose como las entradas de un
diario personal. Diario pinchado es un amor que se desinfla, donde lo importante
sucede siempre en el punto ciego de las becas. Los detalles cotidianos se vuelven
metáforas de la vida, pero metáforas inquietantes, ambivalentes. La autora logra
un personaje confesional, querible, y nos hace sentir cerca de la belleza de su
extravío.