Sófocles murió a causa de una alegría, los habitantes de la isla de Delos se afeitaban la cabeza a la muerte de sus parientes y el luto duraba hasta que los cabellos habían recuperado su longitud habitual, el guardia del cementerio marino de Sète adiestró a su perro para que acompañase a los visitantes hasta la tumba de Paul Valéry, el emperador Adriano hizo matar a su arquitecto porque sabía más que él sobre arquitectura y los indios de la Guayana bebían un licor elaborado con la ceniza de sus muertos. A lo largo de la historia, la muerte ha generado a su alrededor una rica constelación de anécdotas, datos y extravagancias. Desde argots, epitafios, jurisdicciones y últimas palabras hasta rituales, condenas, alegorías y tradiciones, este diccionario reúne una amplia selección de palabras vinculadas a la muerte que abarcan temas tan diversos como la filosofía, el arte, la antropología, la demografía o la moral.En 1970, esta editorial publicó Diccionario ilustrado de la muerte dentro de su colección “Enciclopedia de la Amenidad”. Adaptado desde la edición original francesa, se incorporaron entonces textos alusivos a los territorios español e hispanoamericano para completar el compendio del autor.La presente obra es una edición facsímil de la primera publicación de 1970, un documento tan fascinante como mortífero que hemos considerado indispensable poner de nuevo al alcance del lector.