¿Cómo se vive un golpe de Estado, una guerra, una amenaza de invasión o la muerte de un ser amado en el aislamiento de un faro en el fin del mundo? ¿Qué mueve a un ser humano a querer vivir en peñones yermos, rasguñados por el paso de lentos glaciares, azotados por los temporales, temiendo el paso de los antiguos espíritus sufrientes? El Estrecho de Magallanes es en estos relatos el lejano sur donde los fareros convivían con avezados cazadores de pieles kawésqar y chilotes, con personajes solitarios o con sus colegas, los torreros argentinos, haciendo invisibles las alambradas. José Rodríguez, farero de oficio y alma, ha dibujado con talento cada fanal del territorio donde algún día dio luz a navegantes felices o desesperados; pero es su revelador testimonio el que permite recrear y dimensionar la dura vida de los fareros durante el siglo XX en aquellas soledades elegidas y al mismo tiempo traslucir el devenir político de nuestro país. Una vez más, la periodista Patricia Stambuk rescata con gran maestría para la memoria chilena episodios únicos y desconocidos del pasado reciente, en un gran escenario natural que define como “el canal más hermoso y significativo de la Tierra”.