La verdad de un hombre decidido a morir bajo los cielos del norte de Chile. En la esquina de una de las calles más populares de Antofagasta, un anciano se detiene cada día y simplemente mira el cielo. Con él comienza todo.
Un pintor de pavimento y una saltimbanqui de semáforos se proponen descubrir el misterio del extraño hombre y lo acompañan en su viaje a San Pedro de Atacama. «Quiero ser bendecido por esos cielos», les dice.
Emprenden juntos una travesía por el desierto que los llevará a enfrentarse a un pasado trágico y a descubrir el verdadero e irrevocable motivo del viaje. Rivera Letelier ha conseguido una prosa tan transparente como uno de los protagonistas centrales de este relato: los cielos del norte de Chile.