La pandemia de covid-19 es una tragedia de alcance aún incierto, pero sin duda significo un breve respiro en nuestra demencial tendencia a consumir cada vez más energía. Desde hace décadas, la adicción de las sociedades a los combustibles fósiles apunta a un desenlace catastrófico, por lo que el leve remanso que se produjo al disminuir la actividad económica a nivel planetario debe hacernos conscientes de que hemos llegado a la hora de la transición energética. En esta obra, Ramón Carlos Torres Flores se adentra en el reto que enfrenta México dadas las exigencias del nuevo paradigma que está tomando forma en el mundo. La respuesta nacional a los desafíos que plantean las diversas fuentes de energía desde la explotación irracional de hidrocarburos hasta el aprovechamiento de los recursos renovables menos contaminantes debe procurar un difícil equilibrio entre sustentabilidad, seguridad e igualdad. Para ir más allá de algunos debates, a menudo estériles, sobre quién debe producir y distribuir la electricidad, o sobre la pertinencia de contar con mayor capacidad de refinación de petrolíferos, aquí se hace un llamado a aprovechar en beneficio de la nación en su conjunto y tomando en cuenta el medio ambiente, la soberanía y la justicia social la irrepetible oportunidad que nuestra generación está enfrentando.