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La auto ficción en el cine: Cuando la ficción no es ficción

La auto ficción en el cine: Cuando la ficción no es ficción
Miércoles 14 de mayo 2025

Cuando hablamos de “Auto ficción” es imposible que autores como la premio Nobel Annie Ernaux, Rachel Cusk y, por supuesto, Emmanuel Carrère (autor de mi uno de mis libros favoritos: “El Reino”) no se nos vengan a la cabeza, solo como ejemplos. La brillantez de este género literario está en explorar y darle voz narrativa a hechos que se mezclan y se van transformando en una historia que se puede ir diluyendo en una ficción con toques de auto biografía. Este tipo de construcción lleva tanto al autor como al lector a un universo en el cual puede identificar la historia de quien escribe como un elemento conductor y entregarnos una visión mucho más personal de la ficción.



Es así, como el cine contemporáneo ha encontrado en este tipo de narrativas el aire limpio en el cual hacer crecer sus historias, haciéndolas sentir mucho más íntimas y personales, a pesar de que se trate de una ficción… o más bien lo parezca. Solo si contamos los últimos años, encontraremos ejemplos de esta corriente que ha ido tomando fuerza por directores que han moldeado la memoria, la nostalgia y su necesidad de comprender su pasado. Un lugar donde el cineasta puso la cámara para que nosotros podamos observar su mundo.

Roma (2018), de Alfonso Cuarón, evocó a su infancia en el México de los años 70, vista desde la perspectiva de una empleada doméstica. Un caso similar es el de Belfast (2021) en la que Kenneth Branagh retrató su infancia en medio del conflicto norirlandés, visto desde los ojos de un niño. Un brillante ejemplo también lo encontramos en Aftersun (2022), donde su debutante autora, Charlotte Wells exploró la complejidad de la relación entre padre – hija desde una herida muy personal, usando al lenguaje visual como testigo de su duelo.



Todos estos ejemplos son grandes muestras de lo que la “Auto ficción” representa, pero este listado no estaría completo si no hablo de “The Fabelmans” (2022) del GRAN Steven Spielberg. Sin dudas el director más influyente de Hollywood y uno de los mejores de la historia, crea una narrativa donde se permite reflejarse a sí mismo y su adolescencia de forma vulnerable, mostrando cómo el arte era el refugio para enfrentar las grietas en su familia, la fragilidad de las figuras paternas, sobre todo, enmarcada en la ambigua presencia materna, que oscila entre una musa y la ausencia total.


Pero ojo, Spielberg no nos cuenta esta historia para glorificarse así mismo, sino, para comprenderse y rendirle tributo al chico soñador, al que se atrevió a ir a la oficina del director más importante de la historia, para él, y responder las tres preguntas que cambiaron su forma de mirar al horizonte (si ya la vieron, saben de lo que hablo).

Así es como Aftersun, Roma, Belfast o The Fabelmans tienen un hilo que las une: son películas con sentimientos universales, por que la mejor ficción es aquella no finge sus sentimientos.


Ignacio Maldonado

Creador de Onda Cine



Foto Portada y texto: <<película: Fabelmans>>, Steven Spielberg