La mayoría de nosotros, en algún momento de nuestras vidas, hicimos alguna lista: enumerando los productos para comprar en la feria, lo que no debemos olvidar al emprender un viaje, los amigos o familiares que queremos invitar a esa fiesta especial o el listado de películas y libros que quisiéramos ver y leer algún día no muy lejano. Para eso sirven las listas. Para tener a mano aquello que no queremos que se nos pase por alto o lo que aún está pendiente de concretar. Y las armamos según diferentes criterios, porque hay una asociación en las listas que hacemos. Se escriben desde la propia mirada y en función de distintas variables. Por eso una misma lista puede variar de un tiempo a otro. Así como nuestra forma de pensar va transformándose