Huir, a veces, es lo mejor para protegerse… ¿pero y si implica ver morir a quien amas?
Ariah solo quiere saber quién es. Tener una vida tranquila y poder mejorar la relación con su madre, quien nunca le ha contado nada sobre su padre, ni por qué escucha voces en su cabeza, ni tampoco sobre la condición de su piel… nada. Mudándose constantemente desde que tiene memoria, jamás ha podido sentirse parte de ningún lugar, y lo único que aprendió de ello fue que, cuando las cosas están complicadas o raras, lo mejor es huir.
Decidió esconder sus emociones, evitar hacer lazos profundos y ocultarse a sí misma, solo desea sentirse normal. Cada vez que logra conectar con su madre, sus secretos impiden que pueda contarle cualquier cosa sobre ella, y no puede evitar frustrarse. Sin embargo, una oscura noche, su vida se ve trágicamente alterada con el ataque de unos tenebrosos enmascarados que intentan secuestrarla. Tras este suceso y la aparición de un misterioso joven, Ariah se ve inmersa en una nueva realidad, que se torna más confusa y surreal de lo que jamás hubiera imaginado.