Un niño quiere atrapar el viento y para eso ocupa diferentes técnicas: primero lo intenta con las manos, después con una botella y luego con una bolsa. Pero ninguna da resultado. Su papá lo ánima diciéndole que debe comenzar por atrapar algo más fácil, como las lágrimas. El niño guarda una lágrima, pero esta se evapora. Su papá entonces le explica el paso del tiempo y sus consecuencias. Un día, el niño decide viajar al espacio y construye una nave espacial con cartones. Busca a su perro Roberto para que lo acompañe. Pero Roberto había muerto. Desconsolado, el niño le ruega a su papá para que lo traiga de vuelta, pero nuevamente le explica la importancia del paso del tiempo: gracias a él crecemos, vivimos y nos movemos, pero también morimos. “Morir es cambiar de un estado físico a uno espiritual”. Unos días después, el niño se siente un poco mejor y siente a su perrito en el viento.