Han pasado veinte años desde la última vez que Loreto y Anita se vieron. Aunque muchas cosas han cambiado, Loreto nunca olvidará aquellos meses de 1973, cuando era una quinceañera que se instalaba en la ventana de su casa a tocar guitarra esperando ver a Ignacio. Pero ella sabe más de lo que el resto cree, ya que comparte un secreto terrible por el que septiembre dejó de ser un mes cualquiera.