Este libro que recoge la actividad del Taller 99 desde su creación en 1956, obra señera de Nemesio Antúnez, quien tenía como objetivo compartir con los artistas ya formados los principales conocimientos adquiridos en Francia y profundizar en las distintas técnicas del grabado. Con el paso del tiempo, las enseñanzas del taller se expandieron para abarcar todas las técnicas del grabado y distintas experimentaciones de los artistas, pues Antúnez tuvo la buena idea de crear su taller con una perspectiva integradora, en la que se acogían los más variados estilos y técnicas de producción que mantuvieran una conexión con el grabado. De este modo, se pudo configurar una escena artística versátil. Por otra parte, a través de la docencia en la Escuela de Arte de la Universidad Católica el taller influyó en la formación de generaciones de estudiantes en el área de la estampación, desarrolló nuevas estrategias metodológicas para la transmisión del conocimiento en el área, y aportó de manera notoria al perfil de esta nueva escuela. Asimismo, la influencia del Taller 99 fue decisiva en el reconocimiento del grabado como opción de especialidad a la par de la pintura y la escultura, e instaló el grabado chileno en el escenario internacional abierto por las bienales de grabado. En el contexto de la celebración de los 60 años del Taller 99 de Grabado, las autoras abordan la tarea de reconstruir su historia a partir de los testimonios de muchos de sus fundadores, artistas que han pasado por él y actuales miembros, conscientes de la urgencia de rescatar un pasado que podría quedar en el olvido y que forma parte de la memoria del arte chileno.